lunes, abril 16, 2007

Al estadio con mis hijos: no tiene precio



Como lo hace entender el comercial de visa: no hay precio para aquellas experiencias que, aunque un poco costosas y sacrificadas, son realmente inolvidables.

Desde pequeño he sido fanático del futbol, y sobre todo de ir a ver partidos al estadio. Es una emoción y un relajo que nadie debería perderse (obvio que es particularmente emocionante si el que juega es tu equipo amado desde la niñez).

Hace un tiempo, que venía tejiendo al idea de llevar a mis cabros chicos al estadio, el problema era la plata y la distancia. Un tío, me había contado en el verano las ganas que tenía de llevar a su hijo a ver a la "U", pues inexplicablemente había salido chuncho el pequeñín, siendo el papá de Palestino. Ese día, acordamos ir juntos cuando valiera la pena. Y ese día apareció.

Le conté a uno de mis buenos amigos, compañero de tantos partidos sufridos y ganados, y se sumó junto a su hijo al lote. Finalmente, un compañero de curso, jaimito, se entusiasmó en llevar a su hijo al estadio.

Se armó la fiesta de papás chochos con hijos chunchos !!!

Ponernos de acuerdo no fué tan complicado, nos encontramos todos en la entrada de Grecia, compramos las entradas y ya estábamos en el principal "coliseo"de Chile ( vale hongo la cancha esta pal gato, porque le dicen coliseo?...pal´leseo mejor). Los cabros chicos (5 en total) estaban sorprendidos de ver tantas camisetas azules juntas, por todos lados, y como no hay salida al estadio sin banderas, les compramos banderas a todos. Se imaginarán lo que era eso: 4 papás, con 5 chicocos de no más de 7 años ( el menor de 3 años, mi panchito jr.), era como un comercial, todos con banderas y sus respectivas camisetas del bulla. Si falto que algún canal nos encontrara pa que nos hicieran una nota, un verdadero club de tobi, feminizado por mi amada Azulita, que iba toda nerviosa por ser la "unica niña" como me decía.

No niego que me picaban las patas por ir a la galería a saltar como en los no tan viejos años cuando ir al estadio era parte inevitable de cada fin de semana junto a los de Abajo: definitivamente, vistos desde lejos (tribuna Andes), puedo asegurar que son (somos?....que tiempos...) un verdadero espectáculo de hinchada inigualable.

Lo mejor de todo es que nuestros hijos lo pasaron bien, unos mas metidos en el partido que otros, pero cada uno a su manera, creo que no olvidarán ese día, como yo no olvido cuando siendo bien chico, mis´únicos tíos chunchos me llevaron al Santa Laura a ver a la "U" contra "Green Cross", me salvaron la vida: todos mis otros parientes son del Colo, incluyendo a mis papás.

En fin, era imposible no escribir esta experiencia, y los que la han vivido, sea del equipo que sean, saben que ir al estadio, cuando uno es chico, no se olvida.

Pa mas remate, me encontre con unos cabros de mi comuna Quilicura y nos tomamos una postal bacán.
PD: El partido fué contra la "Longaniza Mecánica" Ñublense. Empatamos a uno y redebutó Pinilla.
Estoy subiendo un video para que lo vean mas tarde en este mismo post.